¿Por qué constituimos un taller de lectura y escritura y no un salón literario? (tomado de Alvarado-Pampillo. Talleres de escritura. ed. El quirquincho.) Porque en el taller de escritura:

• se escribe
• a partir de ejercicios concretos
• se produce reflexion teórica con carácter de investigación.
• se juega
• hay orden y placer, se trabaja, se trabaja, se trabaja,
• se producen significaciones nuevas
• Se estudia la teoría por enriquecedora
• se requieren ganas de escribir.

En cambio en el salón literario:

• se muestra lo ya escrito,
• a partir de nada
• se reciben críticas valorativas con carácter competitivo
• no se juega
• hay solmnidad y desorden
• se confía en la inspiración, en la expresión, en la sensibilidad, se repiten sentidos previos, se rechaza la teoría por castradora, se requieren títulos y talentos previos. Otro detalle, son gratis o muy caros.

Para Maite y Gloria, un taller tiene valor en la medida en que todo el grupo es capaz de producir conocimientos, adquirir destrezas y reflexionar. En este grupo, el que coordina no encarna el saber, sino que proppone trabajos, plantea problemas y relaciona respuestas. Se trata , por tanto, de un modo de funcinamiento grupal que pide a todos, tanto a los integrantes como a ss como a sus coordinadores, deshacerse de hábitos inveterados. Otro componente imprescindible es la consigna, que consiste en esa frase desafiante, en una fórmula breve que incita a la producción de un texto, es un pretexto, un texto capaz, como todos, de producir otros textos. Una consigna es una pequeña dictadora a la cual pactamos obedecer, para que la producción resulte un verdadero reto, un conflicto, un problema a resolver, un enigma a desentrañar.

¿Estás de acuerdo? Se aceptan sugerencias sobre lo que no debe faltar en un taller para vos. Podés dejarlos haciendo clik en comentarios aquí abajo.

• Deseo dedicar este espacio junto con mis colegas a la memoria de Maite Alvarado, de quien todos hemos abrevado. Maite formó parte del grupo Grafein desde sus inicios en 1975 hasta su disolución en 1980. Coordino cientos de talleres de escritura en la UBA y estuvo a cargo de la cátedra de TAller de Expresión I en la carrera de ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires. Sus trabajos nos han permitido a lo largo de nuestras carreras teorizar sobre la escritura como tarea, como trabajo, y sus aportes nos han ayudado a crear nuevas estrategias para promover la propia escritura creativa.